martes, 29 de mayo de 2012

Comentario sobre reunión del grupo #Yosoy132

Comentario sobre la reunión del movimiento Yo soy 132 en la Plaza de las Tres Culturas el sábado 26 de mayo de 2012:

Llegamos Ulises y yo cuando la reunión tenía dos horas de haber comenzado.  Aún así, calculé al menos 300 personas reunidas, pudieron haber sido más.  Claramente, la mayoría de los reunidos eran jóvenes, había algunos adultos pero eran muy pocos.  Gente de mi edad, es decir casi trentones o treintones, no vi muchos.  La reunión transcurría dando el micrófono a los distintos representantes (o voceros) de diferentes escuelas de la zona metropolitana de la Ciudad de México.

Me parece que dado que en Jalisco no hay tantas marchas como en la Ciudad de México, se tiene la idea de que las marchas son la emoción de gritar consignas y de la posibilidad de enfrentar a la policía.  No es así.  Lo más importante para mí, es que una movilización social pueda perdurar como movimiento social.  Para ello se requiere organización, discusión, participación; en pocas palabras trabajo.  La reunión fue una muestra de ello: luego de la emoción del rechazo de Enrique Peña Nieto en su visita a la Universidad Iberoamericana, la movilización tiene que coordinarse, recibir la participación, abrir la discusión para convertirse en un movimiento que sea capaz de articular propuestas concretas y establecer mecanismos para comunicarlas a la sociedad entera.  Eso fue lo que comenzaron a hacer en esa reunión.  ¡Bien por el movimiento!

Cosas que hay que notar de lo que me tocó escuchar:

- Se definieron claramente (varias veces) como un movimiento apartidista, pero no apolítico.  Puede resultar obvio, pero las definiciones son importantes cuando se trata de comenzar a formar un movimiento.

- Están a favor de abrir el movimiento a la sociedad en su conjunto, y no solamente a los estudiantes (lo cual es una buena noticia para mí y Ulises, porque si bien él está estudiando una maestría, estrictamente hablando ya no formamos parte del grupo social mayoritario que forma el movimiento, ambos estamos más cerca de los 30 que de los 20... él más que yo).    :-)

- El movimiento entiende que Pena Nieto y el PRI son solamente un símbolo del sistema (habrá que preguntar al movimiento su definición); y se trata de buscar la renovación (o reforma, o cambio, o como quiera llamársele) del sistema mismo; y no quitar a Peña Nieto o al PRI (o a ambos) de la escena política.... o no necesariamente.

- El movimiento es incluyente, es decir, no solamente hay gente de la UNAM; sino también de universidades públicas y privadas del Distrito Federal y de Estado de México (claramente este es un punto que ya se había evidenciado en los medios de comunicación en días previos).

Puntos negativos:

- Alguno de los muchachos que participó dijo: "Hay que hacer el cambio verdadero", lo que es claramente el slogan de AMLO.  Sin embargo, y la aclaración es importante, me parece evidente que el movimiento en su conjunto no es estrictamente lopezobradorista o perredista.  Incluso, si lo fuera, no me parecería que le quitaría mérito.

- Uno de los pocos adultos que participó dijo algo importante.  La movilización es nacional, no local.  Uno de los mayores riesgos que tiene el grupo es perder los vínculos ideológicos que ya existen en otras ciudades del país.  El grupo tiene que valorar esas movilizaciones (que si bien fueron menores en número que la del DF, son valiosas), abrigarlas, y apoyarse en ellas.  El movimiento es muy importante como para perder esos lazos.

jueves, 12 de abril de 2012

Comentario sobre el aborto

¿Es el aborto una decisión libre? Entendida como una decisión racional que la mujer toma considerando generalmente los medios-fines, si puede materialmente sostener emocional y materialmente, si va acorde con su plan de vida, etcétera; sí, es sin duda una decisión libre. No lo es, claramente, cuando es obligada a hacerlo así por un tercero.

No obstante la cualidad de libertad que puede tener, la decisión de abortar nunca se toma con tranquilidad. Es una decisión que invariablemente está cubierta por la duda, la angustia y el constante cuestionamiento sobre las repercusiones a futuro; una mujer consciente siempre llevará sobre sus hombros el peso de la decisión que tomó.

Discutido el aborto en una sociedad que se ve a sí misma como democrática, el tema se vuelve público puesto que remueve conceptos morales (religiosos y seculares) profundamente enraizados con respecto a la mujer, la sociedad misma, el hombre y los niños; pero también es público porque es un problema de salud pública, las mujeres que abortan en estados donde está prohibido enfrentan fuertes riesgos a su vida.

La forma en la que está planteado el debate del aborto en México, deja de lado elementos fundamentales de la discusión. El primero, y más evidente, es el hecho de que al hombre no se le mencione. Para que un aborto ocurra debió haber antes dos individuos, un hombre y una mujer. El hecho de que solamente se penalice la decisión de una mujer, pone de manifiesto que el debate sobre el aborto en México tiene tintes sexistas.

El papel del padre en el aborto es relevante por, al menos, dos razones. En primer lugar, él también tiene responsabilidad en el aborto, incluso si no está allí cuando la mujer toma la decisión y es sometida al procedimiento; en ese sentido decidir estar ausente es también una postura. Por otro lado, el padre es la única persona que legítimamente puede cuestionar la decisión del aborto, puesto que él es el único, además de la madre, que puede reclamar el nacimiento del hijo. Es necesario también indicar la primaria responsabilidad que la mujer tiene de hacer partícipe al hombre de que es padre: solamente si el hombre sabe que es padre, puede tomar una decisión de la que puede hacerse responsable de su paternidad. No ocurre lo mismo, cabe decir, de haber tenido relación sin protección.

En aquellos casos en que el aborto no sea por violación, es decir, cuando existió voluntad de ambos por tener una relación que produjera el embarazo, el aborto es una decisión cuestionable e irresponsable. Es irresponsable en la medida en que no se impidió que el embarazo no deseado ocurriera, a pesar de que existen métodos preventivos; en la medida también en que ambos individuos, sobre todos si son adultos, conocen tales métodos.

Es cuestionable por razones que he explicado ya, por un lado la ponderación que la mujer hace y por otro lado, la posibilidad que el padre tiene de negarse al aborto puesto que desea que nazca su hijo. Sin embargo, la posibilidad de cuestionamiento se limita solamente a ellos dos, ninguna otra entidad puede legítimamente cuestionar (mucho menos penalizar) la decisión que ambos individuos pueden hacer.

En ese sentido, cualquier institución social (Estado, Iglesia, organizaciones civiles) que cuestionen la decisión, no lo hacen legítimamente, es decir, cuestionan un decisión que no les pertenece y cuyas repercusiones no les incumben. Las entidades de la sociedad que cuestionan la decisión del aborto se erigen con el derecho que no tienen, de poseer el derecho que solamente el padre y la madre tienen. De tal manera, es posible decir que esos cuestionamientos reflejan la intención de eliminar el juicio de dos individuos autónomos, y de dominar sobre ellos.

No obstante la cualidad cuestionable e irresponsable que tienen algunos casos de aborto (he dicho ya que cuando es violación no puede considerarse así), no es posible sostener que esa decisión merece una penalización. Es sin duda un tema que debe tratarse, sin embargo, el aborto es un tema que tiene que ver más con la manera en la que hombres y mujeres entienden la paternidad/maternidad y al mismo tiempo cómo entienden sus propias vidas. Es entonces, un tema que se inclina más hacia la educación y la formación de individuos que hacia la penalización civil/religiosa.